Pbro. Wuilliam Vásquez.
Wvasquez18@hotmail.com
Formador del Seminario “San
Buenaventura”
La Exhortación Apostólica postsinodal
AMORIS LÆTITIA del Santo Padre Francisco está dirigida a los Obispos,
Presbíteros y Diáconos, a los esposos cristianos y a todos los fieles laicos
sobre el amor en familia. En su Introducción el Papa comienza afirmando que la
alegría del amor que se vive en las familias es también el júbilo de la
Iglesia, y es que en medio de las numerosas señales de crisis del matrimonio,
el deseo de familia permanece vivo, y eso motiva a la Iglesia, pues el anuncio
cristiano sobre la familia es verdaderamente una Buena Noticia.
El camino sinodal permitió reflexionar
sobre la amplia realidad de la familia en el mundo de hoy, su importancia, así
como también fijar la mirada en la necesidad de seguir profundizando con
libertad algunas cuestiones doctrinales, morales, espirituales y pastorales. La
reflexión de los pastores y teólogos, si es fiel a la Iglesia, honesta,
realista y creativa, nos ayudará a encontrar mayor claridad. Se hace una
advertencia de que ciertos debates, tanto en los Medios de comunicación o en
publicaciones, y aun entre ministros de la Iglesia, muchas veces están mal
orientados, queriendo o cambiarlo todo sin reflexión profunda o resolverlo todo
aplicando normativas generales con conclusiones excesivas.
El Papa recuerda que no todas las
discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con
intervenciones magisteriales, sin perder la unidad doctrinal y de praxis, no se
puede impedir que subsistan diferentes maneras de interpretar algunos aspectos
de la doctrina o algunas consecuencias que se derivan de ella. Sólo el Espíritu
nos llevará a la verdad completa (cf. Jn 16,13). En cada país o región se
pueden buscar soluciones más inculturadas, que respondan a las tradiciones y a los desafíos locales.
El Papa en esta Introducción elogia el
camino sinodal, conformado por dos Sínodos sobre la Familia, las intervenciones de los Padres, por la gran belleza y luz que ha brindado,
agradeciendo tantos aportes que le han ayudado a contemplar los problemas de la
familia en su amplitud, con sus preocupaciones honestas y sinceras. De este
camino surge la Exhortación apostólica postsinodal que recoge todos estos aportes.
Esta Exhortación adquiere un sentido
especial en el contexto de este Año Jubilar de la Misericordia, ya que, en
primer lugar, es una propuesta para las familias cristianas, que las estimule a
valorar los dones del matrimonio y de la familia, y a sostener un amor fuerte y
lleno de valores. En segundo lugar, porque
procura alentar a todos para que sean signos de misericordia y cercanía sobre
todo en las circunstancias más desafiantes.
En el nº 6 el Papa explica lo que será
el desarrollo del texto de la Exhortación apostólica, la cual comenzará con una
apertura inspirada en las Sagradas Escrituras, desde allí considerará la situación actual de las
familias en orden a mantener los pies en la tierra.
Después recordará algunas
cuestiones elementales de la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la
familia, para dar lugar así a los dos capítulos centrales, dedicados al amor. A
continuación destacará algunos caminos pastorales que nos orienten a construir
hogares sólidos y fecundos según el plan de Dios, y dedicará un capítulo a la
educación de los hijos. Luego se detendrá en una invitación a la misericordia y
al discernimiento pastoral ante situaciones que no responden plenamente a lo
que el Señor nos propone, y por último planteará breves líneas de
espiritualidad familiar.
Al término de su presentación el Papa
señala que ha sido inevitable la extensión de la Exhortación, ya que es el
fruto de un profundo camino sinodal de dos años, por lo cual recomienda no
hacer una lectura general apresurada, pues para ser mejor aprovechada debe ser profundizada pacientemente
parte por parte. El Papa comprende el interés para los diferentes lectores de
enfocarse sólo en los capítulos con que se identifiquen más, pero es necesaria
una lectura detenida de todo el contexto. Finaliza expresando que la lectura de
la Exhortación lleve a cada uno a cuidar con amor la vida de las familias.
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