sábado, 9 de julio de 2016

MONICIONES DEL DOMINGO 10 DE JULIO DE 2016

XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


Smta. Eduardo Gotopo
Eduardoi_1@hotmail.com

MONICIÓN DE ENTRADA

Hermanos, entramos en la XV semana del tiempo ordinario y la Palabra de Dios nos exhorta y nos introduce en la dinámica de la misericordia de Dios. Sin misericordia, el camino del cristiano sería improductivo; podemos encontrarnos de frente con ella cuando tocamos la miseria del otro y cuando la contraponemos a la nuestra. Iniciemos, con el corazón encendido, esta celebración.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Dt 30, 10-14)

La escucha es una de las actitudes primordiales que deben estar presentes en la vida del creyente. El autor del Deuteronomio plantea la conversión como fruto de esta escucha y nos muestra que el Dios que pone sus preceptos en nuestros corazones no se aleja de nuestra realidad, sino que, más bien, los abaja a nuestra condición y nos exige en la medida de nuestras capacidades. Escuchemos con presteza el mensaje del Señor.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (Col 1, 15-20)

La segunda lectura que nos propone la liturgia de la Palabra de este domingo es doctrina cristológica. Él es y será y todas las cosas son y serán en Él, en Jesús. Escuchemos con atención.

MONICIÓN AL EVANGELIO (Lucas 10, 25-37)

La vida eterna, cuestión fundamental en la vida del cristiano, el premio por nuestras buenas obras o la realidad con la que veremos cara cara a Dios. El evangelista pone que lo importante de la vida eterna no está en el hecho mismo de ella, sino en haber amado y así alcanzarla. El mandamiento de Jesús es precisamente este, el amor. El que ama es verdaderamente libre y siendo libre es agente de misericordia. Escuchemos.

ORACIÓN UNIVERSAL

·   Pidamos a Dios por todas las necesidades del santo Padre, para que sean escuchadas por el corazón de Dios y así puedan dar frutos de conversión para la Iglesia. Oremos

·    Por los que sufren persecución, para que encuentren solaz y alegría al configurarse con Jesús, nuestro Señor. Oremos.

·    Por todos los que están sedientos de paz y justicia, para u puedan conseguirla por caminos de amor y reconciliación. Oremos
·   
Por quienes no conocen la fe, para que Dios les permita tener un encuentro personal con Él. Oremos

miércoles, 6 de julio de 2016

              La Buena Noticia del Domingo XV, Ordinario / C.



Diác. Smta. Jesús Rincón
jesusdrs@hotmail.com

Lucas 10,25-37:

En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?» Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?» Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.» Él le dijo: «Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»

Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?» Jesús dijo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él, y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?» Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.» Díjole Jesús: «Anda, haz tú lo mismo.»

Comentario
Un estudioso de las Escrituras Sagradas intenta poner a prueba a Jesús preguntándole cosas que él cree saber. Ante la pregunta fundamental de toda persona ¿cómo tener Vida? ¿cómo alcanzar la vida abundante que deseo en lo más profundo?, Jesús deja que él mismo se conteste según lo que ha leído en la Torá, “Amarás al Señor tu Dios (Dt 6,4)… y al prójimo”. Lo primero parece estar claro, lo segundo no tanto.

¿Quién es mi prójimo? ¿a quién debo amar? Según esta parábola de Jesús, el prójimo es ese que encontramos en nuestro camino, son los próximos a nosotros, nos agraden o no; pero seguramente con necesidades y carencias. Antes sus sufrimientos podemos justificarnos de cualquier manera y pasar de largo; o ser misericordiosos como nuestro Padre es misericordioso (Lc 6,36), pasar por encima de cualquier diferencia, compadecerse de él, acercarse, y tener gestos sanadores, dando de lo nuestro, tiempo, dinero, amistad…

Jesús felicita al maestro de la Ley porque sabe teóricamente lo que debe hacer, pero lo invita a la práctica, “anda, haz tú lo mismo”, “haz esto y tendrás la vida”. El seguimiento de Jesús no consiste en una doctrina que aprender, sino en asumir la vida al estilo evangélico, que consiste en amar a Dios como nuestro único Señor y a aquellos que el Señor nos va poniendo como prójimos.

Señor,
rompe en mí la indiferencia,
que no sea yo el que pasa de largo por miedo a involucrarme.
Ayúdame a no calificar a los demás como “enemigos” o “aliados”,
todos sean para mí prójimos, hermanos;
que pueda verlos a todos como Tú los ves,
con misericordia, con amor. Amén