viernes, 26 de agosto de 2016

DOMINGO XXII T.O. – Ciclo C

Reflexión al evangelio de S. LUCAS 14,1.7-14

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Smta. Jean Carlos Garcia
Yean_garcia_10@hotmail.com

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: “Cédele el puesto a éste”. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido». Y dijo al que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos».

Comentario: El evangelista hoy nos habla del banquete, pero no de un banquete para ricos, ni de un banquete de negocios, sino de una reunión familiar, donde el cariño y la alegría son sus características, una comida sencilla, pero cercana, que une y fortalece los lazos  de sus comensales, hoy más que nunca debemos tener presente este hermoso significado del compartir el pan Eucarístico y el pan material.

Este es el banquete que todos los cristianos debemos practicar, el de la empatía, la cercanía y el compartir, donde la risa sea el distintivo, la unión una señal inequívoca de amor y la fraternidad  un banquete abierto a todos, no sólo a unos pocos. La felicidad y la alegría abundan en todos los banquetes donde las personas están a gusto, alrededor de la mesa se vive y experimentan experiencias verdaderamente importantes e inolvidables.  Esto debe ser una Eucaristía, un banquete alrededor de la mesa compartida.
Debemos ser agradecidos con la persona que nos invita por acordarse de nosotros, por dejarnos participar,  disfrutar y compartir con nosotros esos momentos.
Como cristianos debemos agradecer a Jesús que siempre nos invita a participar en el gran banquete de la Eucaristía, donde todos tenemos un asiento, sin importar nuestra condición social, racial o de otra índole.


jueves, 25 de agosto de 2016

EL PROGRESO EL ENTENDIMIENTO
 EN LOS ESTRICTAMENTE DEDUCTIVO E INTUITIVO 
DEL TRATADO DE LA REFORMA DEL ENTENDIMIENTO DE BARUCH ESPINOSA

Smta. Jhonny Rondón
jjrondon_19@hotmail.com

Resultado de imagen para Baruch SpinozaEl progreso de la técnica, la ciencia, y sobre todo el afán de desarrollo de los mismos por el ser humano, desafían al hombre de hoy a que responda objetivamente ante lo que, apareciendo aparatosa y eventualmente, exige una actitud racional que incluya todas sus capacidades humanas como ser integral, y consolide esencialmente el vínculo de todas las acciones y determinaciones desde la verdad. Para ello, es de vital importancia la intervención del entendimiento como aquella facultad reflexiva que tiene contenida la idea verdadera, y en efecto, la idea de Dios. El hombre no será libre hasta que eleve su vida a aquella verdad eterna, Dios.

El motivo para desarrollar esta investigación fue la clara pretensión del ser humano por querer entender, pues no existe nadie que no quiera hacerlo, por consiguiente, hay que creer y comprender ciertas verdades. La investigación trató de analizar cómo progresa el entendimiento desde lo estrictamente deductivo e intuitivo en la obra Tratado de la reforma del entendimiento de Baruch Espinosa. Para lograr este cometido, es preciso conocer los fundamentos teóricos relativos al entendimiento, con los que se logrará comprender cómo este ha progresado desde la concepción antigua de inteligencia impersonal, hasta la denominación de aquella facultad inorgánica que es capaz de captarse a sí misma, reflexionar, y tener por objeto cosas abstractas.

Así, al entendimiento se le ofrece, en primer lugar, el mundo de lo sensible y compuesto, pero, esta supervaloración de lo universal es concebida para afirmar que el conocimiento singular es el más perfecto, de ahí deben distinguirse las ideas verdaderas de las que no generan conocimiento alguno, las inadecuadas, y en esta distinción es que se da el progreso mismo del entendimiento hacia la captación de lo verdadero.

Por otro lado, luego de haber comprendido los fundamentos teóricos para la comprensión del progreso del entendimiento, es necesario ahondar en las actividades principales del entendimiento, a saber: intuición y deducción. Por la primera se explica la concepción de Dios como causa inmanente de las cosas y las implicaciones deductivas para corregir el entendimiento, sobre todo, desde el conocimiento de cuarto género, el conocimiento intuitivo. Es, en definitiva, la profundización en clave del progreso de dicho conocimiento desde la armonía del orden geométrico, pues, nada más perfecto, nada más ideal, nada más real que este orden que arroja una evidencia inmediata de las cosas.

Finalmente, se intuirá por análisis un sistema de naturaleza que contribuya para el progreso del ser humano. Desde luego, por la intervención del entendimiento, se ha de precisar por qué la naturaleza del hombre debe ser superada. Pues, la mente del hombre está de ordinario ofuscada por el error, por los prejuicios, por el amor a los bienes caducos y por el hábito de conocer las cosas impropiamente. Siendo esto así, la naturaleza humana estaría condenada a vivir y ser arrastrada en cuerpo por estas pretensiones que esclavizan el alma, de manera que, se propondrán cuatro criterios que contribuyan a intuir un sistema de naturaleza, estos serán: desde la concepción del hombre como ser en progreso al sumo bien; el criterio del conatus y el afán que deviene del mismo en querer ser siempre; la meditación y liberación como relación con el desarrollo del ser humano en lo consciente y autoconsciente; y la comprensión del papel del amor para llegar a la iluminación del entendimiento, ya que a este corresponden las virtudes.

Es necesario comprender con detenimiento cada aporte que surge del pensamiento espinosiano como parte que contribuye a todo su sistema filosófico: racionalista, por el que se pretende transformar afectos en virtudes; idealista, por el que la idea y la esencia objetiva son lo mismo; existencialista, definiendo al ser como querer ser siempre, y aportando bases para la futura concepción existencialista del ser para sí, por el que el ser se concibe como presente y existente; monista, por la máxima Deus sive natura, Dios o la naturaleza. Todo esto confluye en la misma pretensión de esta obra de Espinosa, por la que, se consideró valerse de la intuición aplicada al sistema de naturaleza ya descrito, y es que, el hombre ha de proponer cada vez con mayor ahínco caminos que le lleven a lograr la perfección humana, esta noble causa es la pretendida en resumen con la praxis del sistema de naturaleza propuesto y es resultado del progreso mismo del entendimiento.


“Comprender es el principio de aprobar” 
Baruch Espinosa