viernes, 20 de mayo de 2016

La Buena Noticia

Domingo de la Santísima 

Trinidad / C.

Diac. Danny Peña
heru-xavier@hotmail.com

Juan 16,12-15:
  
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero, cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.

Comentario:
Hoy celebramos el Misterio de la Santísima Trinidad, que es la unicidad Santa de un solo Dios, tres personas comprendidas en una sola esencia de Amor. Para unos resulta prácticamente insignificante, para otros teóricamente incomprensible; pero en este misterio vive toda la creación en armonía; en su nombre somos bautizados y perdonados, en su nombre comenzamos nuestra Eucaristía, porque es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo el valor sustancial que se hace inefable. Pero desde la sencillez y la experiencia de fe en el Amor, se puede comprender esto en el corazón del hombre.
El Espíritu de Verdad, dador de los dones, es el único que puede revelar este misterio a través de la filiación de Dios con su Hijo, porque baja al mundo renovando el ser de cada hombre llenándolo de alegría y gozo, para glorificar a Dios; es el ejemplo de Jesucristo, con su obediencia y su predicación, donde se muestra el Padre, donde se capta la comunicación trinitaria, manifestada a los hombres como una eterna verdad.
Esta perfecta unidad, se entiende en la vivencia de la fe, es un misterio salvífico que solo se siente en el alma, y se va propagando en cada rincón de la creación, actuando y restaurando las relaciones de Dios con el hombre, para que él, pueda entrar al Reino de los Cielos.

Padre amado,
que nos regalaste a tu hijo para sentirnos cerca de ti,
y con el Espíritu Santo nos das los dones para vivir;
llénanos de gozo para glorificarte eternamente,
danos alegría para experimentar la suprema felicidad;
e indícanos el camino para encontrarnos contigo,
viendo tu esencia y omnipotencia, porque así, seremos fieles a ti,
y fortaleciendo nuestra fe,
llenaremos nuestro mundo con paz y amor.

Amén.