EL
PROGRESO EL ENTENDIMIENTO
EN LOS ESTRICTAMENTE DEDUCTIVO E INTUITIVO
DEL TRATADO DE LA REFORMA DEL ENTENDIMIENTO
DE BARUCH ESPINOSA
Smta. Jhonny Rondón
jjrondon_19@hotmail.com
El progreso de la
técnica, la ciencia, y sobre todo el afán de desarrollo de los mismos por el
ser humano, desafían al hombre de hoy a que responda objetivamente ante lo que,
apareciendo aparatosa y eventualmente, exige una actitud racional que incluya
todas sus capacidades humanas como ser integral, y consolide esencialmente el
vínculo de todas las acciones y determinaciones desde la verdad. Para ello, es
de vital importancia la intervención del entendimiento como aquella facultad
reflexiva que tiene contenida la idea verdadera, y en efecto, la idea de Dios.
El hombre no será libre hasta que eleve su vida a aquella verdad eterna, Dios.
El motivo para
desarrollar esta investigación fue la clara pretensión del ser humano por
querer entender, pues no existe nadie que no quiera hacerlo, por consiguiente,
hay que creer y comprender ciertas verdades. La investigación trató de analizar
cómo progresa el entendimiento desde lo estrictamente deductivo e intuitivo en
la obra Tratado de la reforma del
entendimiento de Baruch Espinosa. Para lograr este cometido, es preciso
conocer los fundamentos teóricos relativos al entendimiento, con los que se
logrará comprender cómo este ha progresado desde la concepción antigua de inteligencia impersonal, hasta la
denominación de aquella facultad
inorgánica que es capaz de captarse a sí misma, reflexionar, y tener por
objeto cosas abstractas.
Así, al
entendimiento se le ofrece, en primer lugar, el mundo de lo sensible y
compuesto, pero, esta supervaloración de lo universal es concebida para afirmar
que el conocimiento singular es el más perfecto, de ahí deben distinguirse las
ideas verdaderas de las que no generan conocimiento alguno, las inadecuadas, y
en esta distinción es que se da el progreso mismo del entendimiento hacia la
captación de lo verdadero.
Por otro lado,
luego de haber comprendido los fundamentos teóricos para la comprensión del progreso
del entendimiento, es necesario ahondar en las actividades principales del
entendimiento, a saber: intuición y deducción. Por la primera se explica la
concepción de Dios como causa inmanente de las cosas y las implicaciones
deductivas para corregir el entendimiento, sobre todo, desde el conocimiento de
cuarto género, el conocimiento intuitivo. Es, en definitiva, la profundización
en clave del progreso de dicho conocimiento desde la armonía del orden
geométrico, pues, nada más perfecto, nada más ideal, nada más real que este
orden que arroja una evidencia inmediata de las cosas.
Finalmente, se
intuirá por análisis un sistema de naturaleza que contribuya para el progreso
del ser humano. Desde luego, por la intervención del entendimiento, se ha de precisar
por qué la naturaleza del hombre debe ser superada. Pues, la mente del hombre
está de ordinario ofuscada por el error, por los prejuicios, por el amor a los
bienes caducos y por el hábito de conocer las cosas impropiamente. Siendo esto
así, la naturaleza humana estaría condenada a vivir y ser arrastrada en cuerpo
por estas pretensiones que esclavizan el alma, de manera que, se propondrán
cuatro criterios que contribuyan a intuir un sistema de naturaleza, estos
serán: desde la concepción del hombre como ser en
progreso al sumo bien; el criterio
del conatus y el afán que deviene del
mismo en querer ser siempre; la meditación y liberación como relación
con el desarrollo del ser humano en lo consciente y autoconsciente; y la
comprensión del papel del amor para llegar a la iluminación del entendimiento,
ya que a este corresponden las virtudes.
Es necesario
comprender con detenimiento cada aporte que surge del pensamiento espinosiano
como parte que contribuye a todo su sistema filosófico: racionalista, por el
que se pretende transformar afectos en virtudes; idealista, por el que la idea
y la esencia objetiva son lo mismo; existencialista, definiendo al ser como
querer ser siempre, y aportando bases para la futura concepción existencialista
del ser para sí, por el que el ser se
concibe como presente y existente; monista, por la máxima Deus sive natura, Dios o la naturaleza. Todo esto confluye en la
misma pretensión de esta obra de Espinosa, por la que, se consideró valerse de
la intuición aplicada al sistema de naturaleza ya descrito, y es que, el hombre
ha de proponer cada vez con mayor ahínco caminos que le lleven a lograr la perfección humana, esta noble causa
es la pretendida en resumen con la praxis del sistema de naturaleza propuesto y
es resultado del progreso mismo del entendimiento.
“Comprender
es el principio de aprobar”
Baruch Espinosa
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