Luis Suárez III de filosofía /luissuarezp@hotmail.com
Josiah
Royce filósofo idealista norteamericano nace en Glass Valley (California) el 20
de noviembre de 1855, entró en la universidad de california y con tan solo
dieciséis años consigue licenciarse en 1875; al crear un análisis sobre la
teología del Prometeo encadenado,
logra obtener una ganancia económica que la invierte para viajar a Alemania
donde bebe de la filosofía de Schelling
y Schopenhauer, posteriormente en
1878 obtiene el doctorado en filosofía, enseñó en la universidad de California
y luego pasó a ser profesor de filosofía en la prestigiosa universidad de
Harvard (Cf. Copleston, T. VIII, 2011, p. 217).
Es
importante destacar que la filosofía trata de primeros principios, es por ello
que Royce concibe la filosofía como una crítica de la vida, de los
acontecimientos que se viven a diario, de allí la denominación de su
pensamiento como filósofo pragmatista, (Cfr. Royce, 1949, p.32).
Royce
define la fidelidad como la devoción voluntaria, práctica y completa de una
persona a una causa, un individuo es fiel cuando posee una causa, cuando se
consagra a esa causa de manera voluntaria
y completa, y cuando expresa su devoción de manera continua y práctica,
siguiendo firmemente ese objetivo. Pone como ejemplo práctico de fidelidad
acontecimientos de la vida humana, visto desde diferentes tipos de causas: la
devoción del patriota a su país, la devoción del mártir a su religión, la devoción del capitán a su buque, todas
ellas llevan a la resolución del hombre fiel a cumplir su servicio, incluso
hasta sacrificar su vida por esa causa (Cfr. Royce, 1949, p.34).
Royce
apunta la fidelidad desde varios puntos de vista llegando a la premisa que la
fidelidad es social puesto que el individuo fiel no está solo en esa causa, ya que
cuenta con compañeros que siguen el mismo ideal, la misma causa. Acatando que la fidelidad une muchos individuos en un mismo
servicio (Cfr. Royce, 1949, p. 36).
En
efecto, características propias de un hombre fiel cual fuere su causa (buena o
mala) son las siguientes: es devoto, activo, renuncia a su voluntad propia, se
domina a sí mismo, ama a su causa y cree en ella. Royce habla de una necesidad
de fidelidad del hombre, de modo que la fidelidad a la fidelidad se trasforma
en la medida en que mi causa no solo es buena para mí, sino que beneficia a la
humanidad, asimismo, en cuanto dicha fidelidad ayuda y promueve la fidelidad de
mis semejantes, entonces, la fidelidad se convertirá en la devoción
voluntaria de un yo a una causa (Cf.
Royce, 1908, p. p. 37, 98).
En síntesis,
Josiah Royce pasará a la historia como uno de los filósofos más insignes de los
Estados Unidos; desde el punto de vista ético, es sin duda, el primero que
ofreció una cultura del espíritu de la fidelidad que por medio de su ejemplo,
coherencia y personalidad guardó lealtad a su filosofía, señaló la fidelidad
como una necesidad y deber del individuo para hacer frente a las circunstancias
sociales de la vida comunitaria; el hombre por lo tanto debe sufrir en la vida
por la noble causa del honor, del deber y de sus semejantes. Finalmente, Josiah
Royce muere a fines de diciembre de 1916 en Harvard, rodeado del respeto y
admiración de sus discípulos que asumieron y heredaron su legado como garante
de la construcción de una comunidad ideal.
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