DOMINGO
X DEL TIEMPO ORDINARIO
Smta. Eudes Puentes
puentesmatheus3@gmail.com
MONICIÓN
DE ENTRADA
Sean todos bienvenidos a la casa del
Señor, hoy cuando nos congregamos como pueblo santo de Dios para celebrar la
gran fiesta, donde el invitado especial es Jesucristo el Hijo amado del Padre,
que se manifiesta en su cuerpo y en su sangre para reanimarnos y darnos nueva
vida. Dispuestos a vivir como una sola familia esta Eucaristía, nos ponemos de
pie y recibimos al celebrante.
MONICIÓN
A LA PRIMERA LECTURA (1 Reyes 17,
17-24)
Que como Elías podamos atestiguar el amor
de Dios por su pueblo, desde las palabras que profiramos, hasta las acciones
que realicemos. De este modo reconocerán los del mundo, que somos “hombres de
Dios”.
MONICIÓN
A LA SEGUNDA LECTURA (Gálatas 1,
11-19)
Pablo reconoce que su apostolado le ha
sido conferido directamente de parte de
Dios y no por ningún hombre. Por tanto, el mensaje que enseña no es humano,
sino Divino. Además afirma que ha sido elegido desde el vientre de su madre,
por pura Gracia de Dios para anunciarle entre los paganos.
MONICIÓN
AL EVANGELIO (Lucas 7, 11-17)
El evangelio nos recuerda que el Señor es
misericordioso, y que siempre se compadecerá de sus hijos, de manera especial,
de aquellos que sufren y lloran a causa de la injusticia y la desigualdad.
Entonces, para qué llorar cuando Jesús nos dice: “No Llores”; Y menos aún,
sentirnos defraudados, cuando el mismo Dios de la vida exclama a viva voz: “Levántate”.
Dispuestos a confiar en el Señor a pesar de los sufrimientos y adversidades de
la vida, escuchemos solícitamente su Palabra.
ORACIÓN
UNIVERSAL
Ant.
Aumenta Señor mi fe y mi esperanza.
Por la Iglesia, para que a ejemplo de las
primeras comunidades cristianas, trabajemos en pro de los hermanos. Oremos.
Por el Santo padre, el Papa Francisco; por
los Obispos y sacerdotes, y por todos los que guían al pueblo de Dios. Oremos.
Por los que administran las naciones, para
que guiados por el Santo Espíritu, velen siempre por el bien común. Oremos.
Por Venezuela y el mundo, para que a pesar
de las crisis sociales nos mantengamos unidos en la oración, apostando siempre
por la fraternidad, de manera que el egoísmo y la envidia no se apodere de
nuestro corazón. Oremos.
Por tantas necesidades particulares
(enfermos, pobres, ancianos), para que Dios, quien todo lo puede y lo sabe,
obre en ellos conforme a su voluntad. Oremos.
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