FIESTA DEL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (CORPUS CHRISTI)
Smta. Alberto Segovia
MONICIÓN DE ENTRADA
Hoy celebramos la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo. Cristo nos regala su propio Cuerpo y su Sangre, misterio que celebramos en cada Misa. Tenemos su presencia sacramental en el Sagrario, que viene a ser también nuestra fortaleza y nuestra esperanza. Celebremos la Eucaristía participando activamente en este gran misterio de nuestra fe.
MONICIÓN DE LA PRIMERA LECTURA (Génesis 14, 18-20)
El libro Génesis presenta a Melquisedec, el sacerdote rey de Jerusalén. Melquisedec ofreció pan y vino y bendijo a Abrahán. Su figura señala al sacerdocio de Cristo, y el pan y el vino al misterio de la Eucaristía, es este misterio el que hoy celebramos. Escuchemos
MONICIÓN DE LA SEGUNDA LECTURA (1 Corintios 11, 23-26)
El pasaje que escucharemos sobre la celebración de la Cena del Señor, es el texto más antiguo del Nuevo Testamento. Todavía celebramos este mismo memorial en la Santa Misa. El Señor se hace presente en el altar, nos libra del pecado y quiere consagrar la alianza de Dios con nosotros.
MONICIÓN DEL EVANGELIO (Lucas 9, 11-17)
El Evangelio de hoy narra el milagro de la multiplicación de los panes. Cristo alzó su mirada al Cielo, pronunció la bendición sobre los panes, los partió y se los dio a sus discípulos. La Iglesia primitiva recordaba aquellas palabras y ritos, las usaban en la celebración de su Eucaristía. De pie y atentos para escuchar la Buena Noticia.
ORACIÓN DE LOS FIELES
- Por el Papa y todos los ministros ordenados, para que la fiesta del Corpus Christi les haga volver la mirada al Padre y bendecir por él al pueblo de Dios, oremos al Señor.
- Por los gobernantes, para que sean fieles propagadores de la paz y el diálogo institucional, para que pacten alianzas que nos lleven a un clima mayor de paz, seguridad y justicia. Oremos al Señor.
- Por todas las necesidades de nuestra Iglesia, aquellos que no tienen pan, los sin trabajo, los despreciados, los condenados injustamente, para que encuentren quienes les rediman ante tanta barbarie, oremos al Señor.
- Por toda la familia humana, los aquí reunidos, que vivimos momentos históricos de convulsión social y desesperanza, para que por la oración podamos encomendar y renovar cada uno de nuestros deseos, haciéndolos realidad en nuestra vida, fomentando el bien común, oremos al Señor.
- Para que en cada Eucaristía reconozcamos a Jesús vivo y presente en el pan y vino consagrados. Para que sea él nuestra esperanza oremos al Señor.
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