martes, 3 de mayo de 2016

AMORIS LAETITI SOBRE EL AMOR EN LAS FAMILIAS

CAPÍTULO II
REALIDAD Y DESAFÍOS DE LAS FAMILIAS

Smta. Luis Salas
Luis_alejandro_s@hotmail.com


La familia, sin duda alguna, es la fuente y el oasis del cual emana una sociedad estable en todos sus ámbitos. No obstante, en la actualidad es común escuchar preguntas en cuanto al por qué de tantos matrimonios fracasados, hogares disueltos y familias destrozadas; por lo que es sumamente necesario, fijar la mirada en los actuales y cada vez más comunes problemas y realidades de nuestra convulsionada sociedad, que afectan la integridad del matrimonio y la familia.

Ante estos numerosos desafíos, los obispos presentes en el Sínodo de la Familia realizado recientemente, también han querido exponer su punto de vista, tal como nos lo muestra el Papa Francisco en el capítulo segundo de la Exhortación Apostólica "Amoris Laetitia", que hace unos días ha compartido con el mundo entero.

Entre los muchos factores de nuestro mundo actual, que inciden de manera significativa y negativa sobre la familia; es posible notar que el ritmo acelerado de la vida hace que se promueva un evidente individualismo entre los miembros de la familia, con el que cada uno termina siendo una especie de “isla” y viendo al hogar como un simple “lugar de paso” (AL, n°33ss).

Reiteradamente se pierden valiosas oportunidades para el encuentro y la convivencia familiar por diversas causas, como la multiplicidad de compromisos laborales que llevan a vivir una esclavitud por el trabajo, la adicción a elementos tecnológicos tales como la televisión, y muchos otros factores, que desplazan y empobrecen hábitos tan necesarios en el hogar, como el de comer juntos.

De la misma forma, es posible evidenciar la pérdida del ideal del Matrimonio como compromiso estable, porque en la cultura de nuestro tiempo, que el Papa llama, “cultura de lo provisorio” se ha sembrado la creencia de un amor momentáneo, efervescente y pasajero, al estilo de las “redes sociales” creyendo que es algo que “se puede conectar o desconectar a gusto del consumidor” y que tristemente se mantiene mientras convenga (cf. AL, n°39).

Se propaga entre los jóvenes el temor a casarse y formar una familia, mayormente por la carencia de una estabilidad laboral y económica favorable; así como también ante la difusión de una ideología cimentada en los fracasos de otros matrimonios, que denigra y hace poco atractiva la idea de vivir este sacramento a plenitud, el cual termina por ser concebido con un "peso a soportar toda la vida" (AL, n°39) y no como un proyecto de amor en común.

Es necesario apoyar a los matrimonios que constantemente atraviesan crisis matrimoniales, las cuales a menudo "se afrontan de un modo superficial y sin la valentía de la paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la reconciliación y también del sacrificio" (AL, n°41); aunque son múltiples las causas de tantas familias destruidas, la primera es debilitamiento de la fe y la ausencia de Dios (cfr. AL, n°43) de la que se derivan muchos más factores como la falta de afecto y comunicación, la violencia intrafamiliar, el alcoholismo y la drogodependencia.

Son muchísimos más los obstáculos que truncan la vida matrimonial y familiar hoy en día, que varían e inclusive se agudizan en algunos países donde la realidad de la migración y la pobreza extrema también afecta sobremanera.

Por esta razón, cada enseñanza de esta providencial exhortación postsinodal, que el Papa Francisco nos brinda como instrumento de Gracia, es verdaderamente digna de ser escudriñada y reflexionada en su totalidad, de manera particular las del capítulo II, para que de esta forma podamos reconocer con más claridad los desafíos a los cuales se ve sometida la familia día tras día.


Por consiguiente, ante las causas de tan numerosas rupturas matrimoniales y familiares, no basta con quedarnos sólo en el lamento ni muchos menos pretender formar familias "perfectas" con una evangelizacion adoctrinada y basada en la imposición de normas a modo de "piedras muertas para lanzarlas contra los demás" (AL, n°49), sino "despertar una creatividad misionera" (AL, n°57) que provea instrumentos útiles para que las familias aún en medio de tantas realidades, obstáculos y caídas, caminen hacia la plenitud en y desde el amor, con Dios como su centro y fundamento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario